La madre soltera en el Perú

Hoy descansaba plácidamente en una de las bancas  de la hermosa Plaza de Armas de Piura gracias a la frescura que me proporcionaban sus grandes ficus y saboreando un delicioso helado de algarrobina. Mi tranquilidad se vio turbada cuando contemplo en la banca de al frente a una joven mujer llorando desconsoladamente en los hombros de su pequeño hijo mientras la gente paseaba indiferente a lo que sucedía. Sé que no soy un buen samaritano escuche y compartí con esta pobre mujer su dolor y rabia que la carcomía y me conmovió hasta las entrañas cuando su hijo le pregunto a su madre si yo era su padre. Habían venido de muy lejos buscando a su amado al padre de su hijo, el cual huyo de la ciudad en que vivían al día siguiente que le dio la noticia de que iba a ser padre. Esta pobre mujer lloraba amargamente porque hace unos minutos había ubicado al hombre que le entrego su ser y mostrarle el fruto de ese amor y se había comportado como un vil canalla negando ser el padre de ese ser indefenso.   Qué pena para esta pobre mujer engrosar la larga lista de madres solteras que hay en el Perú.

 

Se llama madre soltera a la mujer que vive en una situación que la obliga a cargar con la crianza de los hijos y el manejo del hogar sin la compañía o apoyo de un compañero o esposo. En nuestro país encontraremos miles y miles de historias sobre las madres solteras unas más tristes que otras pero todas ellas llevan en el alma un dolor que las marco para el resto de su vida.  Y van por la vida cargando un niño mendigando un apellido para el hijo de sus entrañas.

 

No hay un solo político, un dirigente sindical, un patrón, de mi patria que tenga la valentía de decir que la madre soltera es una injusticia, se llenan la boca de hablar de injusticias en sus grandes mítines de campaña, que si los eligen velaran por cada uno de sus votantes. Como desearía que en medio de la plaza uno de estos niños abandonados se levantara a viva voz y le increpara en su cara a su padre: Tu prometes cuidar de este pueblo y mírame a mi ¡¡¡Yo soy tu injusticia papa!!! Abandonaste a mama y a mí, en lo más oscuro de la miseria. Y pretendes regalarle justicias a todos estos que hoy te escuchan en esta plaza, si no tuviste compasión de mi que soy tu hijo ¿de qué justicia hablas tu?  

 

Señores a los políticos no les gusta hablar de la madre soltera porque no les dan votos o porque tal vez hay un hijo suyo mendigando un apellido. En nuestro país de cada diez madres seis son madres solteras y van por el mundo luchando contra la adversidad y el desprecio de las gentes.  Las admiro porque a pesar del engaño de su pareja decidieron ser madres enfrentándose a la adversidad, a la vergüenza, al desamparo,  a la pobreza, a la humillación, a la calumnia y a muchos sin sabores. Hoy son padre y madre para con sus hijos. 

   

Tener un padre es indispensable para el buen desarrollo de todo niño, y privarlo deliberadamente de él, sería colocarlo en situación desventajosa y perjudicial.  Dios hizo que la naturaleza humana, exija la participación de un hombre y una mujer para engendrar un hijo, es porque éste necesita de un papá tanto como de una mamá; si la sola madre fuera suficiente, con certeza Dios la habría dotado de algún mecanismo de autofecundación.

 

Numerosos investigadores sociólogos, psicólogos, filosóficos y teólogos  han comprobado que la falta de padre afecta negativamente el desarrollo integral de los niños y más seriamente cuando lo pierden prematuramente o nunca lo tienen porque los han  abandonado.

 

En la mujer, el amor por el hombre se aprende desde la niñez con el padre, si ésta interacción no se da, suelen presentarse dificultades en la vida adulta, por ejemplo, una exagerada conducta de seducción buscando el amor de todo hombre con quien se relaciona, o lo contrario, un rechazo al sexo masculino con la generalización conceptual de que «los hombres no sirven para nada». Los hijos varones, sin un modelo paterno, podrían tener dificultades en la identidad psicosexual o problemas para aceptar las normas, con los consecuentes conflictos hacia las figuras de autoridad.

 

Tanto el ministerio de salud y el de educación se preocupa por la precocidad de las madres, cuando son ellos los que fomentan y distorsionan la unión sexual.  Veo a jóvenes que no termina su secundaria y muestran los preservativos que les han regalado en la escuela para protegerse contra el sida o de las ETS. Son jóvenes que están embargando su futuro por estar jugando con fuego.  Que Jóvenes de nuestro país de los 13 a 20 años está preparado para ser padre, cual es su formación real sobre lo que es tener una familia; en el fondo es una política de pansexualismo, nadie se hace responsable del fruto de la unión sexual.

 

El acto sexual en una pareja es bello y hermoso y sobretodo consiente que producto de esa unión es posible que nazca un nuevo ser. Es indispensable que nuestra sociedad forme desde el hogar a los futuros padres que son los pilares de nuestra sociedad. Que la Iglesia no se canse de instruirlos en todo momento no solamente a la hora de contraer el matrimonio religioso. Y que el estado no promueva políticas que llevan a nuestros hijos a un pansexualismo que socavara los cimientos de la nación.

 

El estado debe apoyar a las instituciones eclesiásticas o sin fines de lucro que tratan de brindarle una vida digna a los hijos de las madres solteras como ha estas a realizar el sueño de formar una verdadera familia y revisar los resultados desastrosos de su política errada de planificación familiar.

 

Félix Alejandro Rangel Morales